Todos los Martes NO son de mierda

Me dormí pensando en hacer cambios en mi vida. Que es lo que está mal? -pensé- que es lo que me hunde? que demonios haría Deepak Chopra en mi lugar? AUTO-ayuda. Algo tiene que cambiar, pensé.
Así que hoy me levanté. Tomé un café con leche y una sustancia rara que compré en la dietética, una raíz peruana llamada Maka. Vigorizante, energizante, estimulante, todo con ante. Me fui a mi primer clase de yoga: todas señoras viejas panzonas y yo.
-Tenés escoliosis- me dijo la profesora.
Una más, joya.

Entre medio de las respiraciones pausadas, el olor a sahumerio y los jadeos de liberación de mis compañeras, pensé en vos. En nosotros, en qué hacer con todo ésto que armamos. En cuando iba a terminar, en cómo mejorarlo. Pensé como mierda llegué hasta acá, que habilidad que tengo para armar historias, es increible.

Enredarme, como el cuento de Silvina Ocampo (te amo Silvina, porqué la vida no nos encontró?).
Pensé en separarme toda, que se me despeguen todos los miembros y volverme a armar.

Pensé en nada, finalmente.
Y fue la mejor parte porque ahí apareciste todo chiquito y sin sentido,y eso me gustó.